mayo 21, 2010

Dos textos para ponerse al día y entender porque usted se endeuda(o paga) hasta el tuetano por sacar un cartón.


Estimadxs a continuación y en base a lo discutido en la Asamblea de hoy , en torno a la historia y perspectivas del movimiento universitario, dejamos dos textos para profundizar el analisis sobre el pastelito que hoy tenemos por educación superior.

y recuerden: "a la universidad se viene a estudiar, no a pensar".


Fragmento de Neoliberalismo y Educación. Monografia de Adrian Sotelo Valencia.


El modelo de Educación Superior en Chile.


El "modelo neoliberal" de educación en las universidades públicas fue ampliamente implementado en América Latina. De manera especial en Chile, cuando la dictadura militar reestructuró el sistema educacional en un sentido socialmente regresivo, al desmantelar la "universidad tradicional" y erigir sobre sus ruinas la "universidad empresarial elitista".

Como reconoce el Banco Mundial: "En América Latina, el único país que recupera una importante parte de los costos de enseñanza mediante cargos a los alumnos es Chile. En 1981, el gobierno chileno emprendió una serie de amplias reformas estructurales y financieras. Las instituciones públicas y gran número de universidades privadas impusieron el pago de derechos de matrícula; no obstante, en el resto del continente, todavía no existe, prácticamente, el cobro de matrícula en el sistema público de enseñanza superior. Según la Ley de Educación Superior de la Argentina de 1995, la decisión sobre cobrar o no cobrar derechos se deja a la discreción de las universidades. Una gran mayoría de los alumnos matriculados no paga derechos, pero algunas universidades los cobran para los estudios de postgrado".20 De acuerdo con esta misma fuente, "Antes de las reformas de 1981, Chile contaba con menos de diez instituciones públicas para atender la demanda de enseñanza superior. En 1981 el gobierno emprendió una serie de amplias reformas estructurales y financieras. La enseñanza superior se estratificó en universidades, institutos profesionales y centros de capacitación. No sólo aumentó el número de universidades privadas de paga, sino que varias instituciones públicas también empezaron a cobrar matrícula. En 1990, el 52,4% de los alumnos matriculados se concentraba en instituciones privadas que no recibían fondos públicos; en ese mismo año, el Estado financiaba el 27% de los costos, frente al 100% durante el período anterior a las reformas de 1980.


La multiplicación de las universidades privadas, si bien contribuyó a atender la creciente demanda de enseñanza superior, facilitó el acceso a un número de alumnos mucho más elevado e introdujo una mayor diversidad, todo ello sin costo para el Estado; supuso también un aumento de los costos de matrícula, un descenso de la calidad y un crecimiento incontrolado".21


Para corregir los problemas de la educación superior en Chile se proponen reformas que tendrían los siguientes objetivos: mejorar la calidad y la pertinencia de la enseñanza, //establecer una política financiera y un marco normativo propicios y facilitar el acceso de los alumnos desfavorecidos// mediante una política de préstamos selectivos y un sistema de becas para "cubrir" una red más amplia de especialidades. Lo fundamental de las reformas es la //necesidad de completar la privatización// del sistema educativo.


Pero bajo una perspectiva crítica, que es la del sociólogo chileno, Eduardo Aquevedo, se asienta, que "El ataque sistemático contra las Universidades Tradicionales (con excepción relativa de la Universidad Católica), los procesos de profunda reestructuración desencadenados en esas casas de estudio y la emergencia de un sinnúmero de universidades privadas, dan cuenta de la tentativa de los nuevos sectores dominantes de situar la regulación mercantil en el centro de la actividad cultural, intelectual y educacional chilena. Mas aún, de transformar el mercado no sólo en regulador único de la economía, sino en regulador central de la sociedad".22


De acuerdo con él, las causas de esta transición se deben ubicar en "... los procesos de intervención y reestructuración de las Universidades chilenas acaecidos bajo la dictadura militar, que bajo la batuta de 'Rectores delegados' sumieron a dichas Universidades en la más grave crisis moral, material e institucional de que se tenga memoria en toda la historia de nuestro país. En particular, la contra-reforma iniciada a comienzos de los años 80 implicó en los hechos un ataque sistemático contra la mayoría de las universidades tradicionales, y un intento en gran escala por mercantilizar y privatizar progresivamente el conjunto de la educación universitaria y superior del país... De ese proceso de contra-reforma y reestructuración se deriva la brutal //reducción del //financiamiento público a la educación superior, - que pasa del 2,11% del PGB en 1973, a sólo 1,05% en 1980, a 0,47% en 1987 y a menos de 0,6 en 1996 -, y las consiguientes políticas de autofinanciamiento y de arancelización impulsadas por el régimen militar. Esta política general de financiamiento, proseguida por los gobiernos de la Concertación, estrangula económicamente a las universidades tradicionales y pervierte y empobrece progresivamente su quehacer académico".23


Este nuevo "modelo" neoliberal de universidad, que puede ser considerado como "paradigmático" de las instituciones educativas de nivel superior en América Latina, se sustenta en los siguientes ejes, que sintetizamos del trabajo de Aquevedo:


a) Segmenta y divide el "parque universitario" en el curso de la década de los ochenta, cuestión que incrementa de 8 a mas de 60 las universidades del país. Dos de los objetivos estratégicos de esta política consisten en "desarticular las grandes estructuras universitarias, que pudieran ser "focos de subversión" y desregular el sistema educativo para que pueda rentabilizarse con el capital privado y someter a las instituciones educativas a la lógica y a los intereses del mercado capitalista.


b) Constituye 82 Institutos Profesionales y 168 Centros de Formación Técnica, en su casi totalidad de carácter privado.


c) Crea un "sistema de financiamiento privatizado basado esencialmente en el //arancelamiento// - (pago de cuotas) - de toda la educación superior y en la introducción de mecanismos competitivos para la asignación de recursos públicos... en la situación precedente el financiamiento era asegurado en más de tres cuartas partes por el Estado (más precisamente, 90,6 % en 1970, para caer al 40,9% en 1990). Ello ha significado una reducción del gasto en Educación Superior dentro del PGB desde un 1,81 % en 1973, a 0,45% en 1990; y del gasto fiscal en Educación Superior dentro del gasto fiscal educacional, desde un 39,7% en 1973 a un 21,6% en 1990".24


d) Se acentúa el carácter elitista de la "nueva" universidad, cuestión que, de acuerdo con el autor citado, se puede cotejar con las "tasas de escolarización y composición social" que de "... una tasa de escolarización de 16,4 % dentro del grupo de edad de 20-24 años alcanzado en 1973, se cae a un 9,8% en 1990. Por consiguiente, los incrementos de matrícula en el conjunto del sistema de Educación Superior (de 145 663 registrado en 1973, a 249 482 en 1990) se refieren estrictamente a los niveles no-universitarios. En cuanto al carácter socialmente excluyente del sistema, puede observarse que 'mientras que para la totalidad del grupo 18-24 años el promedio de su participación neta en la matrícula de la educación superior es de 15,8%, tal participación es de sólo 5,67% para el grupo de más bajos ingresos (primer quintil), y de 41,0 para el grupo de más altos ingresos".25


e) Crea un sistema de créditos a los estudiantes que conduce a situaciones extremas como la de que durante la permanencia en la universidad (cinco años), el alumno adquiera una deuda que lo compromete por los próximos quince años. Entre las medidas de sanciones que contempla la administración para quien incumpla, figura la //suspensión de clases//, la //retención// del certificado o título y la //consignación// ante los tribunales judiciales competentes del moroso que, incluso, en caso extremo, puede conducir a la penalización. Así, la pobreza que genera constantemente el sistema capitalista, por estudiar en los regímenes neoliberales, se castiga con la aplicación de sanciones y, cuando esta son insuficientes, con el encarcelamiento.


f) Es un sistema educativo que acentúa sus mecanismos autoritarios de gobierno y de exclusión política en la toma de decisiones de los miembros de la comunidad universitaria. Por lo tanto, excluye todo indicio de democratización.


Texto sacado de aquí.


Universidades privadas, negocios y poder, entrevista a M.O.Monckeberg



A comienzos de año(2008), el grupo estadounidense Apollo compró la universidad privada chilena UNIACC en 40 millones de dólares. Una gran operación comercial, en el marco de los flujos de inversiones extranjeras hacia los servicios, que no se ha diferenciado en mucho de otras áreas de la economía chilena, abierta a los capitales internacionales. Tampoco es el único caso en la educación superior. Un fondo de inversión canadiense (KKR) es dueño de la Universidad de Las Américas, y parcialmente de la Universidad Andrés Bello, ambas con la mayor cuota del "mercado" de la educación universitaria privada, una estructura de propiedad que está lejos de consolidarse.

La educación superior en Chile está en pleno movimiento, en tanto el negocio no da tregua. No sólo los negocios universitarios han estado en la prensa durante inicios del año. Un bestial crimen remeció durante el verano la prensa nacional. Gerardo Rocha, empresario fundador de la Universidad Santo Tomás, contrató a un par de sicarios para asesinar al martillero público Jaime Oliva. El asesinato de Oliva, en medio de una explosión e incendio que también quemó a Rocha, no es, en ningún caso, el único escándalo que rodea la educación superior en Chile.

La periodista María Olivia Mönckeberg publicó durante el año pasado El negocio de la Universidades en Chile (Random House Mondadori), texto de más de 600 páginas en el que se realiza una detallada y alarmante investigación sobre esta actividad, negocio redondo que según la reglamentación ha de ser "sin fines de lucro". Mönckeberg, conocida periodista y destacada investigadora sobre materias sin duda polémicas y tapadas, no oculta su asombro al hablar de este "negocio".

Entrevista Terra Magazine: Se habla de una actividad sin fines de lucro. ¿Cómo se estructura el "mercado" de las universidades privadas en Chile? ¿Hay un proceso de transnacionalización?

Mönckeberg: Los canadienses adquieren Laureate internacional, que es el dueño de la Universidad de las Américas y dueño parcial de Andrés Bello, porque las inmobiliarias siguen en manos de inversionistas chilenos. Esta es una figura que se parece mucho a la operación de la UNIACC, comprada recientemente por Apollo en 40 millones de dólares. Es la figura en que los chilenos, los dueños originales, siguen como ejecutivos de las universidades. Este es también el caso de la Andrés Bello, que también mantiene entre sus autoridades como presidente de la junta directiva al ex ministro de Pinochet Miguel Angel Poduje. Hay una cierta simbiosis en este negocio que mantiene en la gestión a los chilenos, o los pone en los directorios.

Terra Magazine: ¿Hay una norma que obligue a esta figura?

Mönckeberg: No. Las universidades tienen muy pocas normas legales. Tan pocas, que los conflictos de intereses abundan. Por ejemplo, está el caso que senadores de la república han sido o son miembros de las juntas directivas de las universidades. Sin ir más lejos, el presidente de la UDI, Hernán Larraín, es miembro del directorio de la Universidad Santo Tomás, la universidad de Gerardo Rocha, protagonista de este asesinato con incendio en febrero en el balneario de El Quisco. Larraín es desde hace varios años miembro de esa junta directiva. Figuras bastante curiosas, en que uno se encuentra, por ejemplo, con que el presidente del Partido Radical, el senador José Antonio Gómez, es miembro de la junta directiva de la Universidad del Mar, que también es una de las poco calificadas en términos académicos y tampoco está acreditada pero tiene sucursales, sedes, a lo largo del país. Y así como estos casos, nos encontramos con otros similares, con ex ministros en los directorios.

Terra Magazine: La norma, el reglamento, es bien clara respecto a que las universidades son corporaciones sin fines de lucro. Cómo se explica que inversionistas extranjeros, fondos de inversión, estén tras esta actividad educacional? ¿O los mueve la filantropía?

Mönckeberg: Efectivamente, es un muy buen negocio. Uno de los mejores. Es la paradoja más grande. La norma, en un país supuestamente legalista, como es Chile, la norma dice eso. Incluso es una ley dictada durante la dictadura de Pinochet. Son corporaciones sin fines de lucro, pero sin embargo esa norma prácticamente nadie la sigue. Creo que en esto hay dos grandes tipos de negocio. El negocio propiamente tal, que está interesado en sacar la mayor cantidad de dinero a través de figuras, subterfugios, como la inmobiliaria que arrienda los edificios, el que presta servicios como el aseo, como los proveedores diversos. Por otra parte, hay que considerar que hay una serie de subsidios, que tienen estas universidades por el solo hecho de serlo. Arrastran la legislación histórica que beneficiaba a las universidades tradicionales, que desempeñaban un rol público, por lo cual no pagan IVA y otros impuestos. Tienen una serie de beneficios tributarios. Según especialistas, es un negocio que tiene más facilidades tributarias que la construcción. Es un negocio que por dar este servicio, educación, está muy favorecida.

Terra Magazine: Usted habla de dos tipos de negocios...

Mönckeberg: Está también el negocio a largo plazo, el negocio ideológico. Como el que tiene el Opus Dei o Los Legionarios de Cristo en las universidades Los Andes y Finis Terrae. O la Universidad Adolfo Ibáñez, que es la universidad de una fundación que está ligada a un grupo económico importante. Allí hay una gran afinidad con el modelo neoliberal puro y duro; es curioso ver en la nómina de estudios honorarios la mención de fallecidos ilustres economistas, como Hayek o Milton Friedman. Es claro ver también la adhesión a la sociedad Mont Pelerin. Todo ello está muy ligado a la Universidad Adolfo Ibáñez. La Universidad del Desarrollo es otro caso muy ilustrativo, de una universidad donde lo político es muy importante. Es una universidad, se podría decir, de la UDI o muy ligada a la UDI. Tiene como presidente a Hernán Büchi, ex ministro de Hacienda de Pinochet, y como vicepresidente al ex candidato presidencial de la UDI, Joaquín Lavín. Los mismos que diseñaron este modelo educacional han tenido éxito en algunas universidades privadas en lo que se refiere a la formación de elite. Cada una con alguna especialidad...

Terra Magazine: Volviendo a lo anterior, es difícil no asombrarse con negocios como la venta de la UNIACC.

Mönckeberg: Esta universidad ha venido haciendo negocios de múltiples formas. Uno de los escándalos fue lo que hicieron con las Becas Valech, que se otorgaron como reparación a los presos políticos para que continuaran sus estudios superiores. ¿Y qué ocurrió? La UNIACC creó unos programas especiales para atraer a estos potenciales becados por el Estado. Les vendieron cursos bastante básicos por el equivalente a un arancel universitario, que es de unos tres o cuatro millones de pesos anuales (sobre los nueve mil dólares). Y esto fue posible porque el Estado abrió la posibilidad de inscripción. Dependía dónde se querían inscribir los alumnos, quienes podían ir a cualquier parte a hacer uso de esta beca. Ocurre que la UNIACC diseñó un sistema de captación de estos potenciales clientes operado por personas de la Concertación y la universidad. Como podemos ver, se juntan intereses cruzados para tentar a estos clientes. En ese directorio de la UNIACC se puede hallar a numerosas figuras de la Concertación. Es muy fuerte la influencia de estas personas, que aparecen avalando cosas así.

Terra Magazine: ¿Cuál fue el resultado de esta operación?

Mönckeberg: No parece muy claro que esos cursos hayan tenido un beneficio para estos ex presos políticos. El Ministerio de Educación, cuando empezó a darse de cuenta de la situación, de que no se estaba ofreciendo una posibilidad real de formación, empezó, dentro sus limitaciones, a ponerle ojo al asunto. La UNIACC tuvo que devolverle al Estado una cantidad importante de dinero. Son cosas que no se han ventilado porque hay muchos intereses creados en el asunto. La UNIACC, que tiene los aranceles más caros, es uno de los principales avisadores de los medios de comunicación.

Terra Magazine: ¿Cómo se puede llegar a pagar esos aranceles?

Mönckeberg: Los alumnos optan, en primer lugar, por las universidades tradicionales. Optan por la Universidad de Chile, Católica, Universidad de Concepción... Además, estas universidades tienen la posibilidad de obtener un número de becas y el crédito universitario solidario, lo que las hace más atractivas. Pero básicamente es el prestigio. De ahí para abajo las postulaciones se mueven de distintas maneras. Si los estudiantes vienen de colegios privados católicos muy conservadores, como colegios del Opus Dei, que les va muy bien en rendimiento, ellos van a optar probablemente por la Católica o Los Andes. Está pasando mucho también con una parte de la elite conservadora, incluso de establecimientos laicos, que siguen prefiriendo estudiar en la Católica. Pero si no consiguen ingresar allí, empiezan a pensar en la Adolfo Ibáñez, del Desarrollo, eventualmente Gabriela Mistral, Mayor. Se va generando una especie de estratificación.

Terra Magazine: Usted ha mencionado la inversión en publicidad de estas universidades. Es un fenómeno absolutamente inusual y extraño, con implicancias, imagino, muy complejas.

Mönckeberg: La inversión publicitaria de estas universidades es impresionante. Según la información oficial, las universidades han pasado a ser el tercer rubro avisador en Chile. Esto tiene otras implicancias, entre ellas obviamente la de los medios. Por ejemplo, de mi libro no se ha hablado en El Mercurio o en La Tercera, no sólo porque ideológicamente están dentro del diseño de las universidades privadas, sino porque son unos de sus principales avisadores. Las Américas es el principal avisador, y el principal avisador per cápita, UNIACC. Terra Magazine: ¿Cómo puede ser que en Chile se publicite en los medios, cual producto de consumo masivo, una carrera universitaria? Mönckeberg: Gente con poco discernimiento crítico ingresa a estas universidades. Y qué les ocurre: muchos desertan en el primer año. Pero el dinero igual le entró a la universidad.

Terra Magazine: ¿Cuál es el resultado de todo esto sobre la sociedad, sobre la formación de las personas?

Mönckeberg: No se puede generalizar. Es muy heterogéneo. Pero es tremendamente discutible, y no me había percatado hasta después de la investigación, de que prácticamente en las universidades privadas no se hace investigación. Es mera docencia, muy repetitiva, profesores que van y vuelven. Estas universidades funcionan como empresas, con un gerente, y un gran número de ellas carece de organización estudiantil, de federación de estudiantes, de centros de alumnos, se trata al alumno como se trata a un consumidor. Las bibliotecas son de muy discutible calidad, la lectura no es abierta. Ha sido tremendamente difícil legislar en todo esto por los quórum calificados y también porque la gente de la Concertación se ha ido metiendo al sistema. Son múltiples los problemas los que hay.

Terra Magazine: Una de las defensas de este modelo de educación es que ha aumentado el número de profesionales en Chile, lo que es bueno para el país.

Mönckeberg: Es probable, pero también hay que ver todas las frustraciones crea. Aquí se ha desvirtuado también todo lo que es la formación técnica. Ocurre que en Chile la formación técnica, que era una preocupación de los gobiernos democráticos previos al gobierno militar, quedó absolutamente desarticulada con el golpe. Por ejemplo, el INACAP, el Instituto Nacional de Capacitación, pasó a manos del sector privado. Es una de las privatizaciones menos conocidas. El asunto hoy en día está haciendo crisis. Es dramático. Hay un déficit de formación de técnicos. Hoy es una realidad el sistema privado. Es heterogéneo, no contribuye en nada a mejorar la equidad, está endeudando a la gente sin saber cuál es el verdadero beneficio. Lo que ahí brilla no es oro en términos académicos, sí en términos monetarios.



Texto sacado de aquí.


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